La aparición de productos de limpieza específicos ha sustituido en gran medida el viejo pan de jabón o el jabón de escamas. Sin embargo, sus posibilidades de uso, inocuidad y eficacia comienzan a ser de nuevo valoradas.
El pan de jabón verde, por ejemplo, es ideal para la limpieza de hornos, cacerolas y demás enseres de cocina. Para los muebles y puertas lacadas nada mejor que el jabón duro: además de quedar impecables, recuperan su brillo original.
Un cajón que no abre bien o una puerta corredera que se desliza con dificultad se pueden reparar aplicando pan de jabón sobre los rieles.
Fuente: El hogar ecológico - Ed. Plaza & Janes
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