El método más efectivo para su limpieza periódica es levantar la alfombra y colgarla de una barra para golpearla con el sacudidor de mimbre, ya que de esta forma se eliminan los huevos de polillas y otros parásitos sin necesidad de productos químicos.
Si esto no es posible habrá que pasar a menudo la aspiradora con el accesorio especial para alfombras. Para eliminar una mancha fresca, lanza un chorro de agua de sifón, deja que actúe y seca lentamente con una esponja limpia. Si la mancha se resiste prueba con esta otra mezcla: dos cucharadas de detergente, cuatro de vinagre y un litro de agua tibia.
Para conservar el color y mantener sana la alfombra, debes repasarla periódicamente con agua caliente enriquecida con unas gotas de vinagre.
Fuente: El hogar ecológico - Ed. Plaza & Janes
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