Existen recetas caseras que
permiten captar las suaves fragancias primaverales para convertirlas en perfume.
Para obtener una refrescante
agua de lavanda recoge unas flores de esta planta en el campo, las dejas secar y
las pones a macerar durante una semana en alcohol de 90ºC. Retira luego las
flores, calienta la mezcla y filtra el líquido. Así conseguirás una deliciosa
agua de lavanda que debes guardar en un frasco bien cerrado.
Otra receta fácil
de obtener es el perfume de rosas: echa un manojo de pétalos en un plato con
agua hirviendo y déjalo reposar un día entero. Sin tocar el contenido introdúcelo
seguidamente en la nevera, donde permanecerá un par de días más.
Al cabo de este tiempo añade, por cada vaso de agua de rosas,
una cucharadita de ginebra, y obtendrás así un perfume suave y delicado que
deberás conservar en el frigorífico.
Fuente: El hogar ecológico - Ed. Plaza & Janes
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