Dos amigos han quedado para cenar y tomar unas copas porque hacía mucho tiempo que no se veían. A medianoche uno de ellos intenta despedirse y le dice al otro:
- Bueno, Paco, me voy que son más de las doce y mi mujer se va a enfadar muchísimo.
- Pero bueno, no seas tan cobarde. Llama por teléfono y dile que vas a tardar más ¡y que se aguante!
- No, Paco, tú no conoces a mi mujer. Se pone como una fiera en estas ocasiones.
- Lo que pasa, Manolo, es que no sabes tratar a las mujeres. Te voy a dar una lección de cómo se hace.
El amigo coge su teléfono móvil y después de marcar dice:
- ¿Oye? Si, mira, te llamo porque no voy a ir a dormir hoy, Si, soy yo, no te hagas la loca. Nos vemos mañana. Adiós.
Paco se queda sorprendidísimo y le dice al amigo:
- De verdad que es increíble. ¿Qué ti ha dicho? Yo no sería capaz de hablar así a mi esposa.
- Ni yo tampoco. En realidad ésta era la tuya. Mañana de dará la respuesta.
Una señora le dice a su hija:
Dos amigos han quedado para cenar y tomar unas copas porque hacía mucho tiempo que no se veían. A medianoche uno de ellos intenta despedirse y le dice al otro:
En los comienzos de nuestra andadura democrática, allá por el 1977, palabras comunes de hoy día como urna, elecciones, senado, colegio electoral, referéndum, etc., eran totalmente desconocidas para la mayoría de los españoles. Un buen número de ellos contemplaba con dudas el ceremonial de la democracia.
Un avión se dispone a aterrizar y el piloto dice por la radio:
Un campesino va sobre su asno cuando de pronto pasa un Ferrari a una gran velocidad, más adelante el campesino ve el Ferrari parado y aprovecha para hacerle una pregunta al conductor:
Dos cazadores se encuentran en un bosque cuando uno de ellos cae al suelo. El hombre parece haberse quedado sin aliento y tiene los ojos vidriosos. Su compañero agarra el teléfono, llama al número de emergencias y dice jadeando:
