El marido se levanta temprano, se viste lentamente, desayuna, coge los palos de golf, va silenciosamente al garaje y saca el coche del garaje bajo una lluvia torrencial. Vuelve a meter el coche en el garaje, pone la radio y se entera de que el mal tiempo iba a durar todo el día.
Vuelve de nuevo a casa, se desviste silenciosamente y se mete dentro de la cama. Se acurruca contra la espalda de su mujer, y le susurra al oído:
- ¡El tiempo afuera está horrible!
Ella le contesta medio dormida:
- Ya lo sé. ¿Te puedes creer que el idiota de mi marido se fue a jugar al golf?