Mientras descansaba se sentía un poco culpable, pues pensaba que no era realmente muy ético tener sexo con sus pacientes.
En eso un pequeño demonio apareció sobre uno de sus hombros y le dijo:
- Tranquilo, muchos doctores tienen sexo con sus pacientes, ya ves que tu no eres el primero ni el único.
Esto hizo sentir al doctor un poco mejor, hasta que un angelito apareció en su otro hombro y dijo:
- Si pero ellos probablemente no eran veterinarios.
En eso un pequeño demonio apareció sobre uno de sus hombros y le dijo:
- Tranquilo, muchos doctores tienen sexo con sus pacientes, ya ves que tu no eres el primero ni el único.
Esto hizo sentir al doctor un poco mejor, hasta que un angelito apareció en su otro hombro y dijo:
- Si pero ellos probablemente no eran veterinarios.
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