La
primera medida consiste en reducir su consumo a los períodos y dosis
dictaminados por el médico. Una vez superados los síntomas de la enfermedad
conviene reciclar el sobrante.
En la actualidad muchas farmacias colaboran con diversas campañas promovidas por organizaciones instalando contenedores para la recogida de medicamentos no caducados que serán redistribuidos en países con escasez de estos productos o recibirán un tratamiento residual adecuado.
Fuente: El hogar ecológico - Ed. Plaza
& Janes
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