Para
lograr que el trapo de recoger el polvo limpie más, debes dejarlo previamente
en remojo en una mezcla de agua y glicerina a partes iguales. Una vez seco
comprobarás que el polvo se adhiere mejor.
Los
paños húmedos con que has limpiado los cristales puedes aprovecharlos para
repasar también los interruptores de la luz, los espejos o las marcas de la
puertas.
Es
importante mantener separados los paños utilizados para la limpieza general de
la casa, de los que se emplean en el baño y la cocina. Todos los trapos de
limpieza deben lavarse de forma frecuente, especialmente los utilizados en la
cocina y que están en contacto con los alimentos.
Fuente: El hogar ecológico - Ed. Plaza
& Janes
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