Evita
siempre los productos quitamanchas, ya que incorporan disolventes y otros
ingredientes de gran toxicidad. Son inflamables y peligrosos cuando salpican la
piel, los ojos o por inhalación de vapores.
Para tratar las manchas de té, café,
e inclusos las de chocolate, disuelve una parte de bórax en ocho de agua y
frota sobre la parte afectada. Tanto el limón como la glicerina van muy bien
contra las manchas de té, sobre todo en las prendas de algodón: frota
localmente y luego aclara con agua fría.
En cambio, cuando se trata de manchas
rebeldes de café debes empapar la zona con una mezcla de glicerina y clara de
huevo; deja que actúe una hora y aclara con agua fría. Luego lava la prenda
normalmente.
Fuente: El hogar ecológico - Ed. Plaza
& Janes
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