En la alcoba conyugal, la esposa recibe al marido diciéndole:
- Desabrocha mi blusa y déjala sobre la cama.
- Si, mi amor.
- Ahora el sostén y ponlo en la silla.
- Claro, mi vida.
- Deja mi falda en el ropero.
- Como tu digas, cariño.
- Ahora mis pantis tíralos al suelo.
- Ya está, corazón.
- Y que sea la última vez que te pones mi ropa sin mi permiso.
- Desabrocha mi blusa y déjala sobre la cama.
- Si, mi amor.
- Ahora el sostén y ponlo en la silla.
- Claro, mi vida.
- Deja mi falda en el ropero.
- Como tu digas, cariño.
- Ahora mis pantis tíralos al suelo.
- Ya está, corazón.
- Y que sea la última vez que te pones mi ropa sin mi permiso.
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