Un escocés va a pasar por la aduana llevando un loro.
- Señor, si quiere pasar con mascotas vivas, debe pagar una tasa. Si estuviera muerto, no se le cobraría nada.
El escocés se queda dudando unos instantes. El loro abre desmesuradamente los ojos y le grita:
- ¿Qué estás pensando?... ¡Paga, por Dios, paga!
- Señor, si quiere pasar con mascotas vivas, debe pagar una tasa. Si estuviera muerto, no se le cobraría nada.
El escocés se queda dudando unos instantes. El loro abre desmesuradamente los ojos y le grita:
- ¿Qué estás pensando?... ¡Paga, por Dios, paga!
No hay comentarios:
Publicar un comentario