Antes de comprar un nuevo electrodo- méstico conviene detenerse a reflexionar sobre su necesidad real.
En ocasiones la adquisición obedece más a cuestiones de publicidad, ofertas o necesidades creadas artificialmente que a verdaderas razones de utilidad.
Sólo deberías considerar la sustitución de un aparato doméstico cuando el anterior se encuentre irreparablemente averiado o consuma tanto que haya dejado de ser funcional.
Si su renovación es obligada, debes pensar cómo desprenderte del modelo antiguo. Jamás hay que abandonarlo en la calle: un televisor, por ejemplo, posee en su interior elementos de alta toxicidad y una nevera vieja desahuciada verterá todos sus gases CFC directamente a la atmósfera, con el consiguiente daño para la capa de ozono.
Puedes contactar con personas o empresas que se dedican a recoger enseres viejos o llamar al ayuntamiento donde te informarán sobre los servicios de recogida u otras soluciones.
Fuente: El hogar ecológico - Ed. Plaza & Janes
Fuente: El hogar ecológico - Ed. Plaza & Janes
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