Como su nombre indica, se tratan de un electrodoméstico que realiza las funciones de lavado y secado.
El gasto para cada uno de estos procesos suele ser superior al de una lavadora y una secadora por separado, con el problema añadido de que la capacidad del tambor de las lavadoras con secadora no permite secar de una vez toda la colada y como consecuencia hay que secar la ropa en dos turnos o lavar sin el aparato a plena capacidad.
Este sistema de funcionamiento disminuye sensiblemente la eficacia de estos electrodomésticos y aumenta su consumo energético.
Fuente: El hogar ecológico - Ed. Plaza & Janes
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