Don Ramón de Mesonero Romanos tenía a la “calle de los Peligros” en muy mal concepto, pues pensaba de ella y de los colindantes callejones de Bodegones y de los Gitanos que eran “verdaderos albañales de mundicia social”. Don Antonio Capmany, mucho más pío y misericordioso, refiere un milagro de la Virgen para justificar el antiguo nombre. El caso es que los callejones desaparecieron, la calle resultante pasó a llamarse “de Sevilla” y se pobló –dicen- de toreros, cómicos y cesantes pasando el rato. Adivine quien pudiere a cuál de las tras categorías.
Fuente: Recuerdos de Madrid en Postales – Diario-16
Fuente: Recuerdos de Madrid en Postales – Diario-16
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