Dos ancianas amigas hablando:
- Ay, doña Angélica, siendo usted soltera se sentirá muy sola.
- No doña Ramona, no. Tengo al perro que me ladra, al loro que suelta palabrotas, un gato que se escapa todas las noches y una chimenea que me llena la casa de humo... Entonces ¿para qué necesito un marido?
No hay comentarios:
Publicar un comentario