Sólo
es preciso echar un vistazo en una tienda de bricolaje para darnos cuenta de la
cantidad de sustancias tóxicas que liberamos al pintar una pared, barnizar un
mueble o tratar el parquet. Por ello es aconsejable emplear productos no
agresivos y técnicas inocuas al desarrollar esta afición.
La
cera de abeja resulta excelente para tratar la maderas. El aceite de linaza
caliente servirá para reblandecer los pinceles en lugar de emplear el tóxico
disolvente. Las maderas se pueden abrillantar con una mezcla de zumo de limón y
aceite de oliva en lugar de barnizarlas.
Debemos
trabajar con precaución, sobre una superficie estable, y emplear gafas de
protección y ropa ajustada. Siempre que sea posible es aconsejable realizar los
trabajos de corte en la terraza o el balcón.
Fuente: El hogar ecológico - Ed. Plaza
& Janes
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