El taxista grita, pierde el control del coche, casi choca con un camión, se sube a la acera y se mete en un escaparate haciendo añicos los cristales.
Por un momento no se oye nada en el taxi, hasta que el taxista dice:
- Mire amigo, jamás haga eso otra vez. ¡Casi me mata del susto!
El pasajero le pide disculpas y le dice:
- No pensé que se fuera a asustar tanto si le tocaba el hombro.
El taxista le dice:
- Lo que pasa es que es mi primer día de trabajo como taxista.
- ¿Y en qué trabajaba antes?
- Era chófer de un coche fúnebre.
Por un momento no se oye nada en el taxi, hasta que el taxista dice:
- Mire amigo, jamás haga eso otra vez. ¡Casi me mata del susto!
El pasajero le pide disculpas y le dice:
- No pensé que se fuera a asustar tanto si le tocaba el hombro.
El taxista le dice:
- Lo que pasa es que es mi primer día de trabajo como taxista.
- ¿Y en qué trabajaba antes?
- Era chófer de un coche fúnebre.
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