Andrés recibió un loro por su cumpleaños; ya era un loro adulto, con una muy mala actitud y mal vocabulario. Cada palabra que decía estaba adornada por alguna palabrota.Andrés trato desde el primer día de corregir la actitud del loro, diciéndole palabras bondadosas y con mucha educación, le ponía música suave y siempre lo trataba con mucho cariño.
Llegó un día en que Andrés perdió la paciencia y gritó al loro, el cual se puso más grosero aun, hasta que en un momento de desesperación, puso al loro en el congelador.
Por un par de minutos aún pudo escuchar los gritos del loro y el revuelo que causaba en el interior, hasta que de pronto todo fue silencio.
Andrés arrepentido y temeroso de haber matado al loro, rápidamente abrió la puerta del congelador.
El loro salió y con mucha calma se puso en el hombro de Ricardo y dijo:
-Siento mucho haberte ofendido con mi lenguaje y actitud. Te pido me disculpes y te prometo que en el futuro vigilaré mucho mi comportamiento.
Andrés estaba muy sorprendido del tremendo cambio en la actitud del loro y estaba a punto de preguntarle qué es lo que lo había hecho cambiar de esa manera, cuando el loro continuó:
- ¿Te puedo preguntar... qué fue lo que hizo el pollo?
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