Desde el punto de vista de la protección del medio ambiente, lo más importante de las placas vitrocerámicas es la energía que utilizan, ya que pueden funcionar a gas o electricidad.
Aunque estas últimas son las más habituales, las placas a gas son igual de efectivas y utilizan una energía más limpia, económica y menos contaminante.
En cualquier caso, la vitrocerámica es un sistema de cocción eficaz, preciso y estéticamente agradable, aunque su virtud más apreciada es la facilidad de limpieza.
Debes hacer un uso apropiado para aprovechar sus ventajas: utiliza recipientes con fondo plano para aprovechar al máximo el calor y evitar rayados; recuerda también que debes apagar a tiempo la placa para que la cocción termine con el calor residual.
Las cazuelas de barro y aluminio son incompatibles con la vitrocerámica. Lo ideal son los recipientes de acero inoxidable o hierro esmaltado con un grueso fondo difusor.
Fuente: El hogar ecológico - Ed. Plaza & Janes
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