Después del incendio del Alcázar en Nochebuena del 1734, Felipe V le encargó al abate Felipe Jurara un proyecto para su nueva residencia.
El abate lo hizo, pero se lo rechazaron, y el pobre abate se murió del disgusto. Luego se puso a ello Juan Bautista Sachetti, y a él le salieron mejor las cosas.
El resultado des este bello edificio de granito y piedra de Colmenar, cuya fachada principal, con la plaza que la ennoblece, podemos admirar en la fotografía.
Aquí se celebraban las paradas militares. La obra duró veintiséis años, siete meses y veintitrés días, de modo que en 1764 el rey pudo venirse ya a dormir en su nueva casa.
Las estatuas de los antiguos monarcas españoles iban a coronar la obra, pero dicen que un sueño de Isabel Farnesio las desparramó por todo Madrid.
Fuente: Recuerdos de Madrid en Postales – Diario-16
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