Llega el marido a casa y le dice a su mujer:
- Pues no Pepe, no me lo imagino.
El hombre abre un fardo, saca un lechoncillo y se lo enseña.
- ¡Mira! Me he encontrado con mi tío que venía del pueblo y me ha dado un lechón.
- ¡Pero Pepe! ¿Para qué queremos nosotros un cerdo?
- Calla Maruja, que dentro de cuatro meses llegan las Navidades, lo alimentamos hasta entonces y así solucionamos la cena de Navidad.
- ¡Tú estás loco! ¿Dónde piensas que lo vamos a meter?
- Pues... ¡Debajo de nuestra cama!
- ¡Pero bueno! Esto es lo último que me faltaba ya por oír. Y... ¿Qué pasa con el olor?
A lo cual el hombre contesta:
- El olor... el olor... ¡¡¡¡¡Que se aguante!!!!!
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