Las cremas cosméticas no son suficientes para el cuidado integral de la piel. La mejor forma de mantenerla sana es desde nuestro propio interior, con una dieta rica en verduras, fruta, vitaminas A, C y D, y sales minerales.
Además de un régimen alimenticio equilibrado, otros elementos que influyen decisivamente en la salud de tu piel son la ausencia de tabaco y estrés, el descanso, la oxigenación por medio del ejercicio físico al aire libre y una buena protección contra los factores que la agrede, como el exceso de sol, la exposición al frío o la polución.
Los tratamiento externos también adquieren importancia a partir del uso de protectores, bálsamos, cremas hidratantes y limpiadoras y tónicos. La cosmética natural da una respuesta efectiva a todas estas necesidades, pero siempre necesita el complemento de una vida sana y una dieta equilibrada.
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