La foto se ve que está tomada en la acera donde estuvo La Fontana de Oro, el café galdosiano donde disputaban de política exaltados, anarquistas, tragalistas o zurriaguistas; moderados, anilleros o pasteleros, y absolutistas o serviles.
En esa misma parte queda Lhardi, local del que decía Azorín: “No podemos imaginar Madrid sin Lhardi”.
La Carrera de San Jerónimo era antiguamente un camino que unía Madrid con el Monasterio de los Jerónimos, y hoy, como ayer, es lugar bullicioso y de bella apariencia.
Por aquí tuvieron sus tertulias Benavente y Rubén Darío (cada cual por su lado). En ella estaba Casa Utrilla en donde se vistieron los elegantes de la época.
Fuente: Recuerdos de Madrid en Postales – Diario-16
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