Eran dos chicos y uno de ellos iba diciendo:
- Gracias a Dios por darnos la vida, por la tierra, por el amor a los demás...
Justo en ese momento pasa una paloma y le caga encima.
El amigo le dice:
- Anda, ahora que tienes que decir a tu Dios.
- Pues... gracias Dios mío por no poner alas a las vacas.
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