En la glorieta de Quevedo estuvo mucho tiempo un monumento a los héroes del Dos de Mayo, en tanto que la estatua de don Francisco andaba por Alonso Martínez. Todo un alarde de coherencia municipal.
Ahora ha ido a parar a su propia glorieta, aunque el jardín está algo descuidado y la placita donde el autor de “El Buscón” ocupa modestamente un lateral deja bastante que desear.
El monumento, como el de Moyano, es obra de Querol, y se alza sobre un pedestal de aire modernista, donde figuras bastante airosas recuerdan la obra de este genial, profundo y pintoresco poeta que escribió los mas desgarrados versos de amor, los tratados más graves y sagaces y las sátiras más duras y crueles de la literatura española.
Fuente: Recuerdos de Madrid en Postales – Diario-16
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