- Anda, asómate por la ventana y ponte a ladrar para que crean que tenemos perro.
Y él le responde:
- Asómate tú y en cuanto te vean creerán que la casa está embrujada.
Si está manchada de grasa o con cualquier sustancia pegajosa, lo mejor es dejarla un buen rato sumergida en un litro de agua al que añadirás el zumo de un limón o unas gotas de amoniaco. Aclaras con suficiente agua y la tiendes para que se seque.