Una tortuguita se subía a un árbol, se asomaba a una rama, y luego se tiraba de cabeza al suelo.
Así siguió la pobre tortuguita durante mucho rato, y un par de palomas que la miraba con aire paternal comentan:
- Oye querido creo que ya ha llegado el momento de decirle que es adoptada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario