Los globos también participaron en el homenaje a los monarcas recién casado. No eran cosa muy nueva, ya que fueron inventados por los hermanos Montgolfier en 1782, pero sí vistosos, y adecuados para grandes celebraciones y para misiones de espionaje militar.
Los aficionados a estos mágicos aparatos han llegado a batir marcas de 137 horas de permanencia en el aire, 5.120 kilómetros de distancia y 34.668 metros de altura. Son juguetes del aire, como anduvo a merced de la historia aquel Don Alfonso XII, a quien proclamaron rey, sin comerlo ni beberlo, el mismo día en que nación, y a quien cayó en suerte la pérdida de Cuba, Filipinas y Puerto Rico, la guerra de Marruecos, la dictadura y, para postre, la caída de la Monarquía.
Fuente: Recuerdos de Madrid en Postales – Diario-16
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