La mayoría de los pequeños
aparatos eléctricos que utilizas en el hogar se fabrican con el objeto de que
su funcionamiento acabe en un espacio de tiempo relativamente corto.
Acudimos entonces al servicio técnico
y no encontramos con la sorpresa de que no existen piezas de recambio: deben
tirar el aparato y comprar uno nuevo.
En estos casos no es
recomendable la manipulación casera, y merece la pena acudir a un taller eléctrico
del barrio. A menudo, lejos de la red consumista que tienen el fabricante en
colaboración con sus servicios técnicos, podemos encontrar la solución. La
sustitución de una pequeña resistencia o una simple soldadura pueden hacer que
vuelva a funcionar tu vieja plancha, tostadora, etc. con lo que evitarás un
gasto innecesario u un nuevo residuo industrial.
Fuente: El hogar ecológico - Ed. Plaza & Janes
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