Hace
ya tiempo que el mobiliario urbano acogió los contenedores selectivos, los
"iglús" del vidrio, el plástico y el cartón. Sin embargo no han
tenido la misma difusión las curiosas machacadores/depósito de latas.
Estos
envases, que se han impuesto masivamente en el consumo de refresco y cervezas,
constituyen uno de los principales problemas en el tratamiento de las basuras
domésticas, por los recursos que exige su fabricación y, sobre todo, porque
están sombrando todos los rincones de nuestro entorno urbano y rural con su
molesta presencia.
Una lata de cerveza tarda diez años en convertirse en óxido
de hierro. Las fabricadas en aluminio -la gran mayoría- tardan todavía más,
debido a la resistencia que ofrecen a la oxidación del aire y el agua. La
solución inmediata pasa por el reciclaje. Y para ello debemos recuperar en
primer lugar las vacías.
Estas ingeniosas maquinitas serán nuestros mejores
aliados. Pero su distribución y uso sigue siendo una tarea pendiente de las
administraciones locales y los ciudadanos.
Fuente: El hogar ecológico - Ed. Plaza
& Janes
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