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-Creo que voy a levantarme por una Coca-Cola.
-No hay problema, yo se la traigo, dijo el abogado.
En cuanto fue por el refresco, uno de los ingenieros tomó uno de los zapatos del abogado y escupió dentro. Cuando volvió con el refresco, el otro ingeniero dijo:
-Yo también voy a ir por una.
Nuevamente el abogado se levantó gentilmente a por otra Coca-Cola; en cuanto se fue el otro ingeniero tomó el segundo zapato del abogado y escupió dentro de él.
El abogado regresó y todos se sentaron por un buen rato sin hablar en tanto los ingenieros bebían con gusto sus refrescos.
Cuando el avión estaba aterrizando, el abogado se puso los zapatos y descubrió lo que había pasado. Entonces se puso muy serio y dijo:
- ¿Hasta cuando va a seguir esta crispación entre nuestras profesiones? ¿Este odio? ¿Este escupir unos en los zapatos y orinar otros dentro de las Coca-Colas?
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