Un viejecito visita al médico, quejándose de su impotencia.
- Doctor, ¿Qué puedo hacer para combatir la impotencia?
El doctor, al verlo muy afligido y para complacerle le dice:
- Mire, abuelo, si quiere tener buenas erecciones, coma mucho pan.
El viejecito entra en la primera panadería que encuentra y pide 6 kilos de pan.
La panadera extrañada le pregunta:
- ¡Qué abuelo! ¿Familia numerosa?
- No, hijita, vivo solo.
- Entonces, ¿va a organizar alguna reunión?
- No, hijita, para nada.
- Perdone la curiosidad -insiste la panadera- pero ¿para quién compra tanto pan?
- Pues es sólo para mí.
- Pero para usted solo, es mucho pan. ¡Se le va a poner duro!
- ¡Ah, picarona… tú también lo sabías, eh!
- Doctor, ¿Qué puedo hacer para combatir la impotencia?
El doctor, al verlo muy afligido y para complacerle le dice:
- Mire, abuelo, si quiere tener buenas erecciones, coma mucho pan.
El viejecito entra en la primera panadería que encuentra y pide 6 kilos de pan.
La panadera extrañada le pregunta:
- ¡Qué abuelo! ¿Familia numerosa?
- No, hijita, vivo solo.
- Entonces, ¿va a organizar alguna reunión?
- No, hijita, para nada.
- Perdone la curiosidad -insiste la panadera- pero ¿para quién compra tanto pan?
- Pues es sólo para mí.
- Pero para usted solo, es mucho pan. ¡Se le va a poner duro!
- ¡Ah, picarona… tú también lo sabías, eh!
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