Cuando la vecina pasaba, el loro del panadero siempre le gritaba sin piedad:
- Buenos días, put-a-a-a-a!!!
Hasta que un día no aguantó más y se quejó airadamente al panadero quien, como castigo al loro por su mala conducta, lo pintó de negro.
Al día siguiente, ella pasó por la panadería y el loro, ahora pintado de negro, no dijo absolutamente nada.
La mujer, triunfante, lo provocó:
- Ahora estás calladito, ¿no?
A lo que el loro , con aire de desprecio, respondió:
- Cuando estoy de smoking no hablo con put-a-s…
- Buenos días, put-a-a-a-a!!!
Hasta que un día no aguantó más y se quejó airadamente al panadero quien, como castigo al loro por su mala conducta, lo pintó de negro.
Al día siguiente, ella pasó por la panadería y el loro, ahora pintado de negro, no dijo absolutamente nada.
La mujer, triunfante, lo provocó:
- Ahora estás calladito, ¿no?
A lo que el loro , con aire de desprecio, respondió:
- Cuando estoy de smoking no hablo con put-a-s…
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