Cuando abre la puerta se encuentra a su vecino Pedro, quien se queda boquiabierto ante la visión que se le ofrece. Entonces, él saca dos billetes nuevecitos de 100 euros y le dice a ella:
- Son tuyos si dejas caer la toalla hasta la cintura.
Ella piensa, “¿por qué no?”, de modo que deja caer la toalla y coge el dinero. Pedro jadea ante lo que ve; saca prontamente otros doscientos euros y se los ofrece por dejar caer la toalla completamente. La mujer piensa que ya había llegado bastante lejos, así que no importaba, y deja caer la toalla al suelo. Pedro la contempla un momento, le da las gracias y se va.
Cuando ella sube de nuevo, su marido que acababa de ducharse, le pregunta:
-¡Cariño! ¿quién ha llamado a la puerta?.
Ella contesta:
- Era Pedro, el vecino.
- ¿Y te ha dado los 400 euros que me debe?
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