Una noche, cuando estaban en medio del acto, ella encendió las luces de la habitación. Miró hacia abajo y vio a su marido sosteniendo un consolador.
Ella quedó completamente aturdida al ver lo que estaba pasando.
- ¿Tú impotente? ¿Cómo pudiste engañarme durante todos estos años? ¡Exijo una explicación!
El esposo la mira directamente a los ojos y dice:
- Yo te explico lo del consolador si tú me explicas por qué tenemos tres hijos.
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