Un cura es enviado a Alaska. Un obispo lo va a visitar un año más tarde y le pregunta: - ¿Y cómo le va por acá? - Bueno, si no fuera por mi rosario y mis dos whiskys al día, estaría perdido. A propósito, ¿gusta un whisky?. - Sí, por favor. - ¡Rosario!. ¡Tráele un whisky al obispo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario