Al igual que los cazadores, los pescadores, cuando se reúnen
y empiezan a contar
sus proezas son de lo mas exagerados.
- En Santurce -explica uno de los contertulios- pesqué una
sardina que medía cincuenta centímetros.
- ¡Bah! Eso es muy poco... Yo pesqué una de casi un metro
-le interrumpe otro.
- Coño, déjame terminar, caramba. Cincuenta centímetros
de ojo a ojo.
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