En esta serie, la República recordó a los dos cuerpos que
más fieles permanecieron tras el golpe militar del 18 de julio de 1936: la
marina y la aviación.
Mientras los escasos efectivos aéreos estuvieron prácticamente
bajo control de Madrid, la situación en la marina fue más confusa. Muchos
oficiales sublevaron sus naves a favor de Mola y Franco, pero muchas
tripulaciones desobedecieron las órdenes de sus superiores y, de igual forma
que los marineros del Potemkim, se hicieron con el control de los barcos,
recuperándolos para la República.
Esto causó dificultades en el traslado de las tropas
sublevadas de Marruecos a la Península.
La Guerra Civil Española en Sellos de Correos – Ed. El Mundo
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