A la hora de elegir un juguete
es fundamental tener en cuenta la calidad de sus materiales de construcción.
Por normal general los juguetes clásicos, elaborados con materias naturales
como la madera, suelen durar más.
Su objetivo es permitir que los niños
descubran por sí solos nuevos materiales y sensaciones: recuperar la ilusión
de hacer bailar una peonza, montar un tren eléctrico o un castillo medieval
puede ser para nuestros hijos una alternativa novedosa al mando de la
videoconsola.
Además es necesario inculcarles el sentido de la conservación:
cuidar y recoger los juguetes al acabar de jugar. Con ello no sólo evitarás un
derroche, sino que estarás formándolos como personas responsables.
Fuente: El hogar ecológico - Ed. Plaza & Janes
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