El primer impulso que nos lleva 
a sustituir un objeto debe ser razonado. A menudo se trata de un gasto 
innecesario. Si aún así te decides a comprar un modelo nuevo, piensa primero 
qué hacer con el antiguo. ¿No será más fácil y económico repararlo?
Buena parte de los daños 
ocasionados en el mobiliario se pueden reparar con un poco de paciencia y algo 
de destreza, con lo cual puedes alargar su vida. Pero en muchos casos la renovación 
es obligada y se hace realmente necesario desprenderse de los trastos viejos.
Jamás abandones residuos 
voluminosos: un televisor almacena en su interior elementos de alta toxicidad 
(tubo de rayos catódicos) y una nevera abandonada vierte todos sus gases CFC 
directamente a la atmósfera, dañando así la capa de ozono.


No hay comentarios:
Publicar un comentario