La prenda más ecológica es la
que se usa. Y como en casi todos los ámbitos de la ecología, la reutilización
es la mejor solución para un producto tan esencial como la ropa.
El rediseño de prendas usadas y
el reciclaje (se importan alrededor de ochenta mil toneladas de alfombras,
trapos, camisetas y otros productos similares) son dos alternativas de la
industria textil para la reducción de costes. Pero el intercambio directo es aún
más efectivo.
Algunos de los comercios de ropa
usada que instalan contenedores selectivos o que recogen ropa a domicilio
esconden oscuros intereses tras su imagen de solidaridad. Conviene saber a quién
se cede la ropa y qué actividades se financiarán con ella. Es preferible
actual a nivel personal, mediante intercambios entre compañeros o vecinos,
organizando mercadillos en el barrio o en los locales comunitarios.
Fuente: El hogar ecológico - Ed. Plaza & Janes
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