En los tiempos gloriosos de la carbonilla en el ojo y la merienda compartida en el tres, aún vendían almohadas por los andenes y los mozos de equipaje eran gallegos casi todos, para deleite de los escritores costumbristas.
La estación de Atocha, vista desde la salida en esta fotografía, es la estación decana de Madrid, y por eso, según recuerda Pedro de Répide, fue testigo excepcional de muchos acontecimientos importantes: embarques de tropas a la guerra de África, y también hacia los puertos que miraban a Cuba; la llegada a España de Amadeo de Saboya, el último viaje de Alfonso XII a Aranjuez, la huelga de 1912... Trenes de negras máquinas humeantes tardaban una hora en llegar a Aranjuez.
Fuente: Recuerdos de Madrid en Postales – Diario-16
Fuente: Recuerdos de Madrid en Postales – Diario-16
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