El primero es para pieles
muy castigadas: durante cinco minutos deja las manos en remojo con agua caliente
con sal y zumo de un limón. Luego úntales bien con una crema elaborada con una
yema de huevo, tres cucharadas de aceite de oliva y unas gotas de limón. Deja
que actúe unos quince minutos y clara con abundante agua caliente. Para
finalizar frótate las manos con una mezcla de aceite de oliva y glicerina.
El segundo puedes obtenerlo
aprovechando la preparación de un puré: reserva una patata chafada y le añades
diez gotas de aceite de almendra dulce. Te aplicas la mezcla en las manos de
forma que queden bien cubiertas y la dejas actuar veinte minutos, antes de
enjuagar con abundante agua.
Si después de fregar la vajilla
te frotas las uñas con medio limón y esperan diez minutos antes de aclara,
lograrán blanquearlas y fortalecerlas.
Fuente: El hogar ecológico - Ed. Plaza & Janes
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