Las quemaduras de cierta importancia requieren la intervención rápida de un médico. Para las más leves, que se producen por contacto con una superficie caliente o salpicaduras de aceite, lo más urgente es refrescar la zona con agua fría o con compresas frescas que se cambiarán a medida que se calienten.
El aceite no hidrata, pero forma una capa aislante que impide la evaporación del agua. Para aliviar el dolor de las quemaduras lo mejor es la leche o el zumo de pepinos recién licuados.
Evitarás infecciones untando la zona quemada con crema de caléndula (se comercializan distintas marcas en las farmacias) y para restablecer el estado de la piel se recomienda un tratamiento con jugo de aloe vera.
Fuente: El hogar ecológico - Ed. Plaza & Janes
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