El polvo en suspensión y el
polen de ciertas plantas pueden ser también los causantes. En este último caso
la conjuntivitis puede tener un origen alérgico, lo que aconseja una consulta
al médico.
Desde antaño viene administrándose
un remedio para los más pequeños: frotar suavemente los ojos con una infusión
de manzanilla. Si ya lo han probado y no da resultado puedes intentarlo con
flores de saúco o tomillo. Sin embargo, lo más efectivo contra la
conjuntivitis es el agua de hamamelis, un líquido para lavados oculares que
pueden encontrarse en farmacias.
La conjuntivitis se intensifica cuando se
cierran los ojos, razón por la cual solemos amanecer con legañas. Para mitigar
este efecto es mejor aplicar los lavados antes de acostarse.
Fuente: El hogar ecológico - Ed. Plaza & Janes
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